jueves, 8 de octubre de 2009

DE LOS HIGOS CHUMBOS A LAS CASTAÑAS ASADAS

Cuando septiembre se despide, las calles todavía están repletas de vendedores, con esa nota de color verde, de los higos chumbos. Su exquisito sabor merodea todavía en mi paladar. Esos higos son uno de los símbolos de ese mes que despide al calor. Verdes y dulces por dentro, pero llenos de espinas por fuera, nos recuerdan la dulzura y el calor del verano que se marcha, pero también los duros días del frío y largo invierno que nos espera.
Y, cuando apenas hemos dejado de paladear el sabor de esas chumberas, empieza el olor a castallas asadas por cada espina: ese olor a chimenea donde podremos refugiarnos en invierno, al amor de la lumbre, al calor de las llamas...
Esas castañas, a veces, nos han servido en invierno para calentarnos las manos y también mantener calientes nuestros corazones en medio del ruido de la ciudad o de la soledad de los pueblos deshabitados.
¡Hola octubre! Te saludo y te doy la bienvenida.