martes, 28 de abril de 2009

EL EQUILIBRIO

En la época dorada de la cultura se llamaba "la dorada medianía" a algo que hoy confundirían algunos con LA MEDIOCRIDAD. No quisiera estar ni en la cresta de la ola ni en el fondo del pozo, pero mi vida se mueve entre los dos.
Mi fluctuante vida camina inciertamente por lugares que no planée. Los años van pasando y los proyectos quedándose atrás.
La esperanza es un concepto inalcanzable, la felicidad se reduce a momentos dichosos y, cuando vuelvo la vista, creo que he vivido muchos y suficientes de esos momentos sin darme cuenta de que estaban pasando. ¿Por qué no haber dado el valor suficiente a aquello en su día?
¿Y la vida? Vivir es soñar y, cuando no se tienen suficientes sueños, la vida resulta incierta, la vida resulta anacrónica y fuera de lugar.
Quiero ser mediocre, vivir en esa "dorada medianía" en la que no hay saltos de felicidad ni llantos desesperados de tristeza. Quiero alcanzar simplemente un sitio tranquilo para vivir.

1 comentario:

Alberto López Cordero dijo...

Suele ocurrir eso, que los momentos más trascendentales en nuestra vida, los que pasados muchos años recordamos con mucha nostalgia, no le damos practicamente importancia en el justo momento de estar viviéndolos. Pero supongo que mucho peor sería añorar coas que jamás nos sucedieron.