sábado, 18 de julio de 2009

PARAR LA VIDA

¡Que se pare la vida, que me quiero bajar!
Debí haberme bajado hace 15 ó 20 años, pero el tren pasaba tan deprisa que me dió miedo saltar. Perdí esa oportunidad y no me bajé en la estación aquella...
Luego el tren siguió su recorrido interminable e imparable. No supe nunca dónde está el botón que hay que pulsar, cuando vas llegando a una estación, para que este tren de la vida se detenga un momento. Sólo necesito un minuto para bajarme. No voy a llevar ningún tipo de equipaje, ni un bolso de mano, ni nada que me recuerde que estoy en este tren metida durante tantos años.
Me siento prisionera. Las ventanas no se abren: demasiado calor en invierno y un frío que cala los huesos en verano. ¡Sería tan bueno ventilar ciertos asuntos!
Pero no hay remedio. A veces lloro y grito, quiero que el tren se detenga de una vez pero sigue y sigue y sigue...y yo sigo sintiendo que la vida se me escapa dentro de este vagón absurdo que, seguramente, elegí, pero que ni siquiera recuerdo el motivo por el cual lo hice.

2 comentarios:

Basy dijo...

Hola Adela .Ya he conseguido poder ponerte algo y entrar en este tú rincón.

Eres toda una artista con los pinceles y con al pluma escribiendo

felicidades

Adela dijo...

Gracias amigo, eres un sol....que siempre te he dicho.