miércoles, 9 de septiembre de 2009

SEPTIEMBRE


Empezó septiembre entre perezoso y nostálgico. Entre los recientes recuerdos de las vacaciones acabadas y la realidad de la vuelta al trabajo, a los libros, al colegio y a los numerosos gastos.
Septiembre siempre ha sido el mes de la nostalgia, el mes de los propósitos, el mes más parecido a enero: proyectos que se cumplirán (o no) pero que todos nos planteamos.
Yo todavía voy con el ritmo escolar. Mis años no empiezan con las campanadas de enero sino con el curso escolar. Mis objetivos los fijo en septiembre y deberían acabar en junio. A veces saco notable pero también suspendo...
Ultimamente estoy sacando algún que otro suspenso y me tendría que plantear ir a clases particulares: buscar ayuda.
Por ahora quiero salir adelante yo sola pero llega un momento en que hay que dejarse ayudar y ¿por qué no? intentar que los amigos nos orienten, que nos presten los deberes y "copiar". Copiar es sano aunque no sea elegante.
Nunca he copiado y he sido políticamente correcta pero he visto que, en la vida, los que han copiado han obtenido bastante éxito y no tienen motivo para avergonzarse.
Hasta me estoy planteando que, a lo mejor, es más sano que tratar de hacerlo todo, con demasiado orgullo, en la soledad que proporciona ser autosuficiente y orgulloso, ser exigente con uno mismo...

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