domingo, 5 de abril de 2009

MADRID

He tomado la decisión de alejarme unos días de mi querida Tarifa y retomar mis orígenes con un poco de calma, sin prisas. Llegué ayer pero no tengo el billete de vuelta.
Necesitaba un poco de desconexión de este largísimo y eterno invierno de lluvias, de viento, de bizcochos de aburrimiento en las tardes...
Es paradógico que para "respirar" me haya venido a la contaminación cuando el viento de Tarifa es tan puro y limpio. Esto no es una huida, es un paréntesis, un tiempo para desconectar, meditar, descansar...hecer algo distinto y renacer.
Retomar el pasado que está ahí. Mis amigos casi perdidos que no son más que una voz por el teléfono o unas palabras en un chat. Esos que escriben de cuando en cuando un e-mail precipitado por el ritmo agobiante de Madrid.
Tengo la esperanza de conseguir un hueco en sus vidas y de poder abrazarlos y que me abracen... Necesito sentir que están más cerca que nunca. Necesito de su apoyo.
No siento ganas de contar. Quiero sentir el silencio entre sus bullicios y aprender a escuchar. Dejar mi bla, bla, bla y enterarme de cómo siguen sus vidas (la mía la sé de memoria y la soledad me hace que me la repita y la repita a todo el que me encuentro en Tarifa y quiera o pueda escucharme).
Mi Madrid en abril, Buenos Aires octubre...primavera aqui, el otoño en el otro hemisferio. Espero que esta primavera sea piadosa conmigo y me permita dar paseos y relajarme, sentir que estoy en mi propia tierra y no en tierra extraña y que no soy una turista, tal como me he sentido en las últimas visitas.
Doy las gracias a la tecnología porque estoy con mi portátil y puedo seguir escribiendo mis cuentos, mis proyectos de novela, mis desahogos personales.... Y aqui estoy parada en el momento presente.

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