LA ILUSION DE UN NIÑO

Un niño pequeño simplemente sonrie por el helado que acabas de comprarle, por el castillo de arena a la orilla de la playa, por el viaje en el tiovivo al que lo han invitado sus padres, por el abrazo lleno de ternura de su madre, por el paseo en coche a un río, en el que se moja los pies en cualquier cascada cuando sus padres no están mirando. Un niño se ríe cuando va pisando los charcos mientras llueve.
Un niño es feliz cuando puede columpiarse, por fin, en el parque, tras haberse peleado a codazos con algún otro, tras haber esperado su interminable turno de dos o tres chavales, cuando se tira por el tobogán o puede trepar desde abajo.
Un niño tiene la ilusión presente por su ratoncito Pérez, por sus Reyes Magos, por un simple euro para llenar su hucha.
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Pero el niño crece y quiere la play, quiere el ordenador, quiere la psp, la nintendo, todas esas "gilipolleces" que esta estúpida sociedad consumista ha puesto en sus manos. Les hemos quitado la pelota para jugar, el saltador, la lima para clavar en el barro, las canicas y las chapas....
¿Quienes somos los culpables de esos niños repelentes que sólo NECESITAN, NECESITAN, NECESITAN y no saben usar, como antes, la palabra "quiero" o decir "¿mamá, me compras..? o el famoso "yo me pido a los Reyes..", aunque supieran que nunca iba a llegar lo que pidieran.