domingo, 15 de marzo de 2009

QUERER NO TIENE QUE SER SIEMPRE PODER

Hay tantas cosas que yo quisiera cambiar que la lista sería interminable. La primera, desde luego, sería cambiarme a mí misma. Sin embargo, soy quien soy y soy el fruto de mi trayectoria en la vida. Cada día hay que tomar decisiones, elegir, decidir. El pasado siempre influirá en el futuro. No se puede crear (no creo que se pueda crear) un futuro sin tener en cuenta quienes somos, de dónde venimos, porqué hemos llegado hasta aquí.
No estoy arrepentida de ninguna decisión concreta. Estoy arrepentida de haber creado mi propia vida a base de decisiones impulsivas, no dándome margen a mí misma, no creyendo en mí y mis "cualidades", no dejando espacio para mis inquietudes, etc.
Y si no puedo cambiarme a mí misma, ¿cómo voy a cambiar a los que están a mi lado? ¿a los que no puedo o no sé aceptar cómo son?.
Me pregunto si es posible cambiar el mundo con mi grano de arena, si mi grano de arena está deshecho y no puede crear ni participar en una montaña.

ALGO SE HA MUERTO EN MI ALMA

Algo se ha muerto en mi alma, cuando tuve que dejar lejos a los amigos de toda la vida, a los de los últimos años, a los de la ciudad en la que nací, crecí y viví.
A veces me gustaría poder darle un poco a las manecillas del reloj y volver unos años atrás. Terminar conversaciones que quedaron interrumpidas por motivos tontos, ver a algunos más veces y más tiempo, intentar recuperar el tiempo que ahora sé que he perdido.
Ahora, cuando alguno de ellos me necesita o lo necesito, sueño que estoy ante una taza de descafeinado (ni el café ya me conviene...) intentando escuchar y no hablar tanto. Intentando aprender a comprender. Intentando comprender los silencios y saber corresponder a algunos de esos silencios importantes a los que respondí con algunos bla, bla, bla....
Un poquito de perdón no me iría mal, aunque sé que algunos de vosotros pensais que es tontería, que eso ya pasó y que mire al futuro, que el pasado ya se fue.
El pasado ya se fue pero existe. Está ahí, mirándome de frente en los momentos de nostalgia y me tortura con la idea de que en muchos momentos actuales debería estar ahí.
Estar ahí para estar con quien más lo necesita, lo desea o lo siente.