miércoles, 8 de julio de 2009

PEPE

Tal vez no necesites de homenajes, pero ahí va el mío:
Chico duro, con suerte pero con corazón de hierro. Con ese corazón has luchado y por eso ha llegado la justa correspondencia.
Has despertado (habeis despertado) de la pesadilla y ahora vuelve a quedar toda la vida por delante.
Claro que, la única certeza que tenemos en nuestras vidas es la propia muerte pero ahora ya no asoma a la ventana, tan cercana, tan absurdamente encontradiza.
Te deseo toda la salud del mundo, todo el trabajo y la ilusión que has puesto siempre y también, por supuesto, el amor de esas tres mujeres de la familia tan hermosa que has sido capaz de crear y mantener con ilusión.
Nacimos en el 59 y no puedo decir que "de mayor" quiero ser como tú, pero no me iría mal ir siéndolo.