viernes, 31 de julio de 2009

EL SACO DE LAS LÁGRIMAS

Algunas personas llevan a cuestas, en su espalda, un saquito de lágrimas. En él van guardando todo tipo de lágrimas: las de tristeza, las de las despedidas, las de los encuentros, las de arrepentimiento, las de rabia contenida, las de los sueños no cumplidos....
El saquito se va volviendo más grande y pesado y se convierte en un peso inaguantable. Han aprendido a no llorar sino a guardar sus lágrimas rápidamente en el saco de las lágrimas. Eso siempre tiene sus ventajas: de cara a la galería nunca están tristes, son fríos como el hielo y nunca se emocionan ni se ponen tristes por nada.
Pero todo es falso porque, cualquier día, el saco se romperá e inundará su espalda, su pecho, mojará sus brazos, sus manos y su cuerpo. Y entonces, no podrán reprimir su gran cantidad de lágrimas.