miércoles, 27 de mayo de 2009

EL HOMBRE DE MIS NOCHES

No sé que quieres, no sé que esperas a los piés de mi cama. Velando mi sueño me despiertas y no veo tu rostro. Sé perfectamente que quieres decirme algo, pero yo no quiero escucharlo. Te digo mentalmente que no, que no hables y vuelvo dormirme, me cuesta, pero vuelvo a dormirme....Y, nuevamente, me despierto y te encuentro en el mismo sitio, esperando. Esperando para decirme ¿qué?. Yo no quiero saberlo y te digo que te calles, que no quiero escucharte.
Y así transcurren las largas horas de la noche. Tu callado, esperando al acecho. Yo durmiendo a saltos y encontrándome tu sombra, una sombra que quiero fuera de mi cuarto y de mi vida. Si eres un presentimiento márchate porque sé que eres un pájaro de esos de mal agüero. No tienes pinta de ser sólo un pájaro que suelta su profecía y se marcha para dejar un rastro de felicidad.
Quiero dejar de tener presentimientos. Quiero saber sólo los que sean positivos o, si tengo que elegir, no tener ninguno. Ninguno en absoluto. Me gustan los presentimientos, lo confieso, pero si no resultan favorables son terribles. No sé si llegan a compensar ese poder que me confiere el "saber cuestiones positivas que los demás todavía no saben". No lo sé.... Pero, en este caso, VETE.