sábado, 31 de octubre de 2009

JALOUGUIN....

Casi todos hemos aprendido en España a escribir y celebrar HALLOWEEN. Se ve que no teníamos bastante con nuestra propia fiesta de TODOS LOS SANTOS, e incluso con la de LOS FIELES DIFUNTOS. Dos días festivos seguidos que en España son sinónimos ya de culto a nuestros muertos.
Estrenamos siempre el mes de noviembre con esa obligada visita a nuestros familiares desaparecidos, embelleciendo sus tumbas con la más atenta de las limpiezas y las más coloridas flores y, especialmente, los hermosos crisantemos. Durante la noche, los cementerios permanecen abiertos y no faltan las velas en las tumbas.
Hemos adornado nuestras mesas durante años con los huesos de santo y los buñuelos de viento, mientras los más ancianos asistían a esa misa dedicada a acortar la estancia de las almas en el purgatorio para que los muertos lleguen cuanto antes al soñado cielo.
Y ahora vienen a decirnos que celebremos HALLOWEEN. Como no teníamos bastante, ahora toca extranjerizarse y, si me apuran, tal vez toque perder para siempre y poco a poco, nuestras tradiciones.
Venga niños, a ver...jóvenes: disfrazaos de brujas, de zombis, de muertos y de diablos y desfilad por las calles entre calabazas. Volved locas a vuestras madres, improvisadas modistas, para competir por llevar los mejores trajes. Pasad festivamente toda la noche entre música y algarabía.
Este es el precio que habrá que pagar por aquello que llaman globalización. Pero deseo con todas mis fuerzas que sigais comprando más huesitos de santo que calabazas y que no dejeis de ver los cementerios como lugares de culto, de respeto, y no como "juega de susto y fantasmas".