martes, 10 de noviembre de 2009

AHORA

Ahora que el sol se ha vuelto más débil y los días tan cortos, siento cómo si la vida también se estuviera gastando, cómo se desgastan los días de otoño.
Los niños han crecido y ya empiezan a abrir su propio camino. Es un camino lleno de dudas, de temores, pero un camino al fin.
No puedo decir que tenga algo mejor que hacer que vivir el AHORA, pero no puedo dejar de echar breves vistazos al ayer.
Ahora los días parecen haberse acortado mientras que ayer duraban mucho más. La sensación subjetiva de lo que duran los días a los 20 y a los 30 años y a los 50... ¡es tan diferente!
Siempre había escuchado a mis padres y a los abuelos que la vida era corta, pero nunca hasta hoy me había planeado, seriamente, más allá porque, en el fondo, no sabía bien a lo que se referían. Pero, de repente, es como si el tiempo volara...Las horas son frágiles como lo es este sol de otoño, la vida es tan corta como estos días de noviembre.
No hay momento para la tristeza porque si no vivimos el AHORA perderemos todavía más tiempo. Perderemos más que el tiempo: perderemos toda la vida que nos quede.