¡Qué final lleno de amor del Dia de la Madre!.
Toda una mujer de 17 años sentada en mis rodillas viendo una película y regalándome su cariño, su abrazo. Rememoraba el tiempo en que nos abrazábamos juntas cuando tenía 6 años.
Un "te quiero mami" para despedir la noche de confidencias después de la televisión.
Hija mía: ¡que gran regalo!.
Hoy sé que volverá el despotismo adolescente, pero por unas horas reviví aquella vida de nostalgia. Gracias, mi amor.
lunes, 4 de mayo de 2009
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